" Si buscas el éxtasis olvida el miedo
Olvida tu peso y tu medida
Deja de lado tu nombre y tu historia
Véte al campo a estudiar a la alondra
y contémplala hasta que tus párpados copien
el batir de sus alas,
Si buscas el éxtasis no quieras regresar
a la situación de antes de buscarlo"
Ibn al-Habbib
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UN CAMINO SIN RETORNO
La alondra conoce un momento singular que los ornitólogos denominan de
acecho,los poetas de éxtasis y los campesinos de alegría. Con un aleteo
intenso y recto sube hasta alcanzar una altura de siete o diez metros y
desde allí, flotando, casi sin mover otra cosa que las rápidas alas,mira
hacia la tierra cuyo color viste con el orgullo de quien vence,
periódicamente, su ley de gravedad. Para los ornitólogos esa es la
manera que la alondra tiene de escrutar los límites de su territorio;
para el campesino, el modo en que observa y vigila la pequeñez de sus
huevos, y para los poetas, para los poetas la alondra estiliza en ese
hábito el lapso entre la compresión de lo que pesa y la visión de lo que
levita. Por eso los sufis españoles dicen que es el ave de la
taraqqi,el signo de elevación. Ibn al-Habbib de Málaga, que vivió en el
siglo XI, cazador de niño y poeta tardío, escribió: " Si buscas el
éxtasis olvida el miedo Olvida tu peso y tu medida Deja de lado tu
nombre y tu historia Véte al campo a estudiar a la alondra y contémplala
hasta que tus párpados copien el batir de sus alas, Si buscas el
éxtasis no quieras regresar a la situación de antes de buscarlo" Se dice
que salía a los prados para ver a la alondra y que tendido cara al
cielo, entre las hierbas,seguía con la mirada su vuelo ondulante y con
los oidos la canción que fluía en circulos. Tardó años en comprender que
su melodía se hacía tanto mas hermosa cuando el ave volvía a la tierra,
y que, en su imperiosa caída vertical, engañaba al suelo con un
silencio de alas plegadas haciéndole imaginar un choque que nunca
ocurría, pues a pocos palmos de las matas frenaba su descenso con una
contradanza y un leve erizamiento de su cresta. Como jamás regresa al
punto del que partiera su vuelo, los ornitólogos sospechan que de ese
modo distrae a sus predadores, los campesinos, que juega a disimular su
placer y los poetas, los poetas como Ibn al- Habib, que así es el
éxtasis. Suspensión en el vacío, ojos que vuelven de un aleteo que ya no
es.
Mario Satz
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L
os pájaros son los protagonistas de una delicada metáfora de
la vida y el alma humanas, en lo que éstas tienen de destello del
Universo. Con el tono envolvente de los viejos contadores de cuentos y
la evocación prosódica en cada una de las fábulas de las narraciones
orientales, cuyo ejemplo más significativo para los occidentales acaso
sea la vasta Mil y una noches, Mario Satz enfrenta al lector ante
verdades tan sencillas y bellas como esenciales.
Querido Ser Humano : Una danza tan bella
pretende sin duda, por obra del miedo distraer a sus predadores, pero a
pesar de ello es tal el placer que le procura que juega a disimular su
éxtasis. Los poetas sabemos que esto ocurre a menudo cuando cerramos los
ojos con un papel delante y una pluma en la mano y ese extraño " no sé que
que" nos abstrae, que nos inunda nos eleva, nos suspende en una suerte de
vacío,del que volvemos siendo distintos para desparramarnos en palabras.
palabras. Si, ciertamente es como hacer el amor en rito
de viento, como una bella contradanza, el andar por el mundo y con un
aleteo intenso levitar, quedarse sin peso y sin medida de vez en cuando
para ver desde arriba, conocer la taraqqi y no querer regresar a los ojos
que ya no serán mas.
Teresa Delgado
